En el pasado mes de diciembre, me tomé unos cuantos días libre para organizarme y descansar un poco. Pasamos por casa de la abuela de Joey y en la habitación de Francisco habían un grupo de películas pirateadas y para mi sorpresa eran películas acabadas de estrenar en Estados Unidos: Seven Pounds, Benjamin Button, Body of Lies, The Changeling entre otras.
Nos llevamos entre otras a Seven Pounds con Will Smith, Rosario Dawson y Woody Harrelson. Debo admitir que me gustó la trama y las actuaciones fueron excelentes. La película estaba en una calidad excelente y mientras la veia me pregunté, pero como es que lo hacen??
Primero es una película que esta practicamente recien estrenada en los Estados Unidos (la estrenaron el 25 de diciembre) y ya esta a la venta aquí. Para ir al cine hay que contar con RD$ 500.00, mínimo y una película en la calle cuesta maximo RD$ 150.00.
Luego conversaba con Francisco, acerca de esta “problemática” que ha escalado bastante y creo que este año afectará a los dueños de cine y a las tiendas de video por la crisis que viven la mayoría de los dominicanos.
Al igual que Seven Pounds (subtitulada y con el nombre de la película en español), ví Schindlers’ List, que aunque no es es nueva la vi en alta definición, con la opción de verla subtitulada o en español, The Changeling, Body of Lies… Realmente me ahorré un dinero en cine.
Para mi sorpresa cuando llego de mis vacaciones coincido con 3 compañeros que ya vieron Seven Pounds también pirateada.
Hace algunos años, no me agradaba la idea de comprar peliculas o musica pirateada (en realidad nunca lo he hecho) pero si hay gente que lo hace y son clientes fijos alguno que otro “pirata”. Estoy 100% de acuerdo con los que dicen que es una violación a los derechos de autor, etc., pero en nuestro país los “piratas” andan con sus mochilas llenas de películas, CDs de música, temporadas completas de series de TV (y si no la tienen, te la consiguen y te la llevan a donde quieras), vendiendolas a precios increiblemente baratos, haciendo que se dé perfectamente la ley de la oferta y la demanda.
Puedo decir que soy una consumidora secundaria porque veo las películas que otros compran, pero ante la crisis y el deseo de satisfacer mi adicción al cine puedo confesar que: “Soy Vanessa Reynoso y veo películas pirateadas.”
Esa situación al parecer está afectando cada día más a los cines y videos club. Por poner sólo un ejemplo, en la zona oriental, donde vivo, han practicamente desaparecido los videos club. Siempre he preferido rentar una película a comprar una pirateada, por lo que como amante del cine, era cliente de Mr. Movies, Movie Max y Zun Movies, pero al parecer esos negocios no aguantaron el fuete, pues hace meses que tuvieron que cerrar las sucursales que tenían “de aquel lao del puente”, y es que los piratas se la ponen tan facil a uno, que no debe extrañar que los chiquitos esten tumbando a los grandes, a quienes al parecer se les abrió el pecho.